Un juguete me escribió una carta
Hace pocos días recibí una carta que daba la impresión de haber tardado mucho en llegar, porque su sobre estaba descolorido y su estampilla casi despegada y muerta de sueño. La abrí con cuidado. Lo primero que ví fue una U, que dió un salto y enseguida se puso en su lugar. Busqué la firma. Decía: POLICHINELA, esta es la carta:
Buenos Aires, un día de mucho calor y también un día después.
Querida María:
Ni te imaginás quién soy. ¡Ah!. Seguro que ya leíste la firma. Sí; soy tu POLICHINELA.
Espero que estés bien. En cuanto a mí, todavía estoy bien relleno de aserrín, es decir, gozo de buena salud. Y eso porque nadie me hizo un tajo; si alguién me lo hiciera, mí aserrín se escaparía y yo quedaría más flojo que un invertebrado. No sería un juguete, más bien un dibujo que anda cayéndose a cada momento. Porque si uno no está relleno es un dibujo.
Un día gris, gris, sin querer separarnos nos separamos por culpa de una mudanza. Es que las mudanzas son como las demoliciones. Me dijo una papirola que estuviste buscándome durante mucho tiempo. yo también te busqué. Me escapaba de la casa a la que fuí a parar no sé cómo, pero después me quedé allí porque acababa de nacer un niño. A lo largo de todos éstos años habité muchas casas en las que nacían niños.
Nunca olvidé la manera que tenías de llevarme: a veces colgado como una canasta, otras apretado a tu pecho como si yo hubiese sido una parte de tí misma. ahora sé que todos los juguetes estamos vivos y somos una parte de los chicos que nos quieren.
Y también me acuerdo cómo desafinabas al cantar y cómo se enojaba el piano cuando te ponías a tocar una musiquita. Lástima que yo no te pude enseñar a cantar. Sin embargo, escribiste versos, y los versos son un canto. ¿Cómo los pudiste hacer? ¡Ah! Otra pregunta que quise hacerte siempre: ¿Estás también rellena de aserrín?.
¿Recuerdas aquel día que te habías quedado con tus hermanos sin ninguna persona grande en la casa, y abrieron todas las canillas? ¡Que inundación! Yo casi me ahogo. Después tuve que quedarme una semana al sol, en la azotea. Al atardecer subías a buscarme y me decías como pidiéndome disculpas:- Todavía estás húmedo.
Yo sabía que si me quedaba humedad adentro terminaría por morirme. Fue tu tía Ana, a la que ustedes, los chicos, llamaban Nana, la que me salvó setándome en una estufa.
Quiero verte. Pero no voy a ir a vivir a tu casa porque me regalaron a una niña que me necesita mucho porque nunca había tenido un juguete.
Eso sí, podemos encontrarnos. ¿Que te parece en la plaza donde vive un caracol que tiene un cuernito movedizo? Bueno, en esa plaza, en el banco donde hay dos hojas caídas y una hormiga siempre apurada. Ya está el lugar. Ahora la fecha. ¿Qué te parece un lunes sin viento a la hora en que el sol se pone colorado?.
Yo seré muy puntual.
Te espero y te abrazo con mis largos brazoz rellenos de aserrín.
Tu
POLICHINELA
( Tu décimo juguete)
María Granata (argentina)
Espero les haya gustado, a mí personalmente me trajos recuerdos de mi muñeca PEPONA, la cual amé y la recuerdo con mucho cariño!!!. Bsts =)